Nueva York, Estados Unidos – La defensa de Midence Oquelí Martínez negó categóricamente que su cliente estuviera involucrado en el asesinato del exdiputado Juan Ramón Salgado, destacando que Salgado era un enlace crucial con el entonces presidente electo Manuel Zelaya.
Según la defensa, Zelaya había prometido al grupo de Martínez y a Los Cachiros la dirección del Programa Nacional de Desarrollo (Pronader) en ausencia de un acuerdo para asumir la Secretaría de Seguridad.
El rechazo de las acusaciones fue presentado en un documento judicial al Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, en el que se descalifican los señalamientos de la Fiscalía, especialmente aquellos basados en el testimonio de Devis Leonel Rivera Maradiaga, exlíder de la organización criminal Los Cachiros.
Los abogados defensores, Kristen Santillo y Sarah Sulkowski, argumentaron que dicho testimonio es “falso y carece de coherencia”.
Argumentos clave de la defensa
- Testimonio cuestionado: Los defensores sostienen que Rivera mintió bajo juramento y proporcionó detalles inconsistentes en casos previos, lo que pone en duda su credibilidad. Alegaron que varios testimonios del exlíder de Los Cachiros son “demostrablemente falsos” y que su historial de perjurio debilita cualquier acusación basada únicamente en sus declaraciones.
- Petición de exclusión de pruebas: La defensa solicitó eliminar los párrafos 24 al 31 del Informe Previo a la Sentencia (PSR, por sus siglas en inglés), donde se incluyen testimonios de Rivera que vinculan a Martínez con actos violentos.
- Contexto político: Según el documento, el objetivo del grupo criminal y de Martínez era obtener cargos influyentes, como el de Secretario de Seguridad o Viceministro, pero debido a la negativa de Zelaya, se les ofreció la dirección del Pronader. Este acuerdo se frustró tras el asesinato de Salgado, quien fungía como intermediario con la futura administración.
Aunque la defensa reconoció que Midence Oquelí financió actividades políticas con dinero proveniente del narcotráfico, rechazaron las acusaciones de asesinatos, secuestros y torturas atribuidas a su cliente.
La defensa insistió en que las acusaciones de la Fiscalía carecen de respaldo creíble, dado que se basan exclusivamente en el testimonio de un testigo cuya integridad ha sido reiteradamente cuestionada.