Tegucigalpa, Honduras – El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA), Roosevelt Hernández, informó que se evalúa la posibilidad de presentar una denuncia contra un periodista que, durante una transmisión en vivo el pasado 9 de marzo, manipuló una maleta electoral en un autobús de transporte público.
Posible denuncia ante el Ministerio Público
Hernández enfatizó que la acción del comunicador generó una percepción negativa ante la sociedad y provocó un problema que podría ameritar acciones legales.
“Lo que apareció con el periodista que agarró una urna, eso genera una percepción ante la sociedad, y no sé con qué intención, pero eso generó un problema y eso tiene que ser… nosotros estamos analizando poner la denuncia al Ministerio Público porque eso generó un caos”, afirmó.
Explicaciones a la empresa privada
El alto mando castrense sostuvo una reunión este miércoles con representantes del sector empresarial para brindar detalles sobre los acontecimientos del 9 de marzo.
Durante el encuentro, Hernández explicó los desafíos logísticos que enfrentaron las FFAA en la distribución del material electoral.
Logística y tiempos en la distribución electoral
El jefe del Estado Mayor Conjunto aclaró que la limitación de tiempo afectó la movilización del personal de seguridad.
“Si nosotros hubiéramos ido con tiempo antes de que estuvieran las Juntas Receptoras de Votos, antes de que estuvieran los votantes en los centros de votación, iríamos con mayor cantidad de personal de seguridad”, señaló.
Asimismo, explicó que a las 9:00 de la mañana del 9 de marzo aún se estaba finalizando la preparación del material electoral.
“Para garantizar este proceso, teníamos que estar en los centros de votación. Una de las rutas que presentó problemas tenía 23 centros de votación y cada uno cuenta con al menos dos soldados. Si hubiéramos ido con anticipación, habríamos destinado casi 50 soldados a una sola ruta”, detalló.
Hernández subrayó que las FFAA tenían la responsabilidad de trasladar las maletas electorales, pero al mismo tiempo debían garantizar la seguridad en los centros de votación, lo que supuso un desafío adicional en la jornada electoral.
