Este viernes, el mundo del cine y el teatro británico despide con tristeza a una de sus figuras más icónicas.
La actriz Maggie Smith, conocida por su destacada participación en la saga de Harry Potter y la serie Downton Abbey, ha fallecido a los 89 años, según lo confirmó su familia a través de un comunicado.
Smith, una leyenda de la actuación, deja un legado impresionante en la pantalla y el escenario. A lo largo de su ilustre carrera, fue galardonada con dos premios Oscar: el primero en 1970 por su papel en The Prime of Miss Jean Brodie (traducida como “Los mejores años de Miss Brodie”) y el segundo en 1979 por California Suite. Además, obtuvo otras cuatro nominaciones al prestigioso premio y fue reconocida con ocho premios Bafta.
En el comunicado, sus hijos, Toby Stephens y Chris Larkin, expresaron su dolor por la pérdida de su madre:
“Con gran tristeza anunciamos la muerte de la Dama Maggie Smith. Falleció pacíficamente esta mañana, acompañada por sus seres queridos. Deja dos hijos y cinco nietos que están devastados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela.”
Asimismo, agradecieron al personal del Hospital Chelsea y Westminster por su atención y cuidado en los últimos días de la actriz, pidiendo privacidad en estos momentos de duelo.
La carrera de Maggie Smith comenzó en el teatro en la década de 1950 y pronto se consolidó como una de las mejores actrices de su generación.
En 1958, obtuvo su primera nominación al Bafta por su papel en Nowhere to Go (“El botín de la muerte”). Su talento no pasó desapercibido, y en 1963, el gran actor Laurence Olivier la invitó a interpretar a Desdémona en su producción de Otelo, lo que marcó uno de los momentos clave de su carrera.
La versatilidad y la presencia escénica de Maggie Smith le permitieron brillar tanto en los escenarios como en las pantallas, dejando una huella imborrable en la historia del cine y el teatro.
