Estados Unidos – Las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela volvieron a escalar este lunes, luego de que el subsecretario de Estado, Christopher Landau, acusara al ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, y a “su pandilla de brutos criminales” de ser responsables de “destruir al país”.
La declaración, publicada en la red social X, se suma a la serie de señalamientos que desde hace tres semanas mantiene la Casa Blanca contra el gobierno de Nicolás Maduro, después de elevar a 50 millones de dólares la recompensa por su captura bajo acusaciones de narcotráfico y vínculos con el denominado Cartel de los Soles.
Recriminaciones mutuas entre Caracas y Washington
El cruce de mensajes ocurre días después de que Cabello calificara de “estúpidos” a los funcionarios estadounidenses, tras las sanciones impuestas que incluyeron el bloqueo de cuentas bancarias y la incautación de más de 700 millones de dólares en activos vinculados a Maduro.
En su programa semanal, el dirigente chavista acusó al embajador de Estados Unidos en Colombia, John McNamara, de supuestas conspiraciones contra el presidente Gustavo Petro y contra Venezuela, con el aval del secretario de Estado, Marco Rubio.
Landau respondió este lunes con un nuevo mensaje: “Con razón usted y su pandilla de matones corren llenitos de angustia mientras yo ando tranquilo: la historia demuestra cómo terminan los tiranos”.
Cabello niega nexos con el narcotráfico
El también primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) rechazó los señalamientos y aseguró que en su país no existe producción de drogas ni tránsito para distribución. Incluso, acusó a la DEA de ser “el único cartel de drogas que opera a la luz de todo el mundo” con apoyo del gobierno estadounidense.
La confrontación entre ambos países se prolonga en un momento de fuerte tensión regional, donde la administración estadounidense insiste en catalogar a Maduro y su círculo más cercano como parte de una estructura criminal internacional, mientras Caracas denuncia una “campaña de desinformación” dirigida desde Washington.
