Tegucigalpa, Honduras
El reciente ataque de Irán a Israel, con el lanzamiento de más de 200 drones y misiles en represalia por el bombardeo a su consulado en Damasco, ha generado una diversidad de opiniones entre los países de América Latina.
Desde un “férreo” compromiso expresado por Washington y sus aliados, hasta el emplazamiento del presidente colombiano, Gustavo Petro, al pueblo de Israel para detener la “locura de su gobernante”, las reacciones varían significativamente.
Mientras algunos países de América, como Estados Unidos, Canadá, México, Argentina, Uruguay y Paraguay, han condenado enérgicamente el ataque y han expresado su sólido respaldo a Israel, otros, principalmente aquellos gobernados por la izquierda, han optado por el silencio, revelando así una falta de respuesta ante el conflicto.
Este contraste en las posturas refleja la división dentro de la región frente a eventos geopolíticos tan relevantes como este primer ataque directo de la República Islámica contra territorio israelí.
Condenas y silencios ante el ataque iraní
En contraposición a los llamados de solidaridad y respaldo, países como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia han optado por el silencio, sin emitir declaraciones públicas sobre el ataque.
Por otro lado, países como México han condenado el ataque de Irán y han instado a buscar soluciones pacíficas para evitar una escalada del conflicto en Medio Oriente. La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana expresó su preocupación por el uso de la fuerza en las relaciones internacionales y los posibles costos humanos del conflicto.
Argentina, por su parte, mostró su solidaridad con Israel y respaldó firmemente su derecho a defenderse. El presidente argentino, Santiago Peña, expresó su pleno respaldo a Israel y manifestó preocupación por la escalada de la violencia en la región.
Preocupación y llamados a la paz
El presidente colombiano, Gustavo Petro, hizo un llamado a la ONU para que se reúna urgentemente y apueste por la paz entre Irán e Israel. En sus palabras, Petro expresó su preocupación por el riesgo de una guerra a gran escala y la necesidad de reconstruir la economía mundial hacia la descarbonización.
Mientras tanto, países como Ecuador y Perú han mostrado preocupación por la seguridad de sus ciudadanos en la región y han recomendado evitar desplazamientos a Medio Oriente.
Lea también:
