Tegucigalpa, Honduras. El injerto capilar se ha convertido en una de las soluciones más buscadas para combatir la caída del cabello. Sin embargo, gran parte del éxito del procedimiento depende del postoperatorio, una etapa clave que requiere disciplina, paciencia y atención a las indicaciones médicas.
Se trata de una cirugía ambulatoria, realizada bajo anestesia local, por lo que el paciente puede volver a su rutina en pocos días. Aun así, el cuidado posterior es determinante para lograr resultados naturales y duraderos.
El día a día después del injerto capilar
Durante las primeras 24 a 48 horas, es fundamental evitar tocar la zona injertada, no lavar el cabello y mantener la cabeza ligeramente elevada al dormir. También se recomienda aplicar agua termal en spray para hidratar la zona y reducir la inflamación.
Entre los días 3 y 7, comienzan a formarse pequeñas costras en el cuero cabelludo, parte natural del proceso de cicatrización. Estas no deben retirarse de forma manual, pues caen solas a medida que avanza la recuperación.
De la segunda a la cuarta semana, se produce la caída temporal del cabello trasplantado, conocida como shedding. Este proceso no significa un fracaso del injerto, ya que el folículo permanece activo y el cabello volverá a crecer con mayor fuerza.
Entre el segundo y sexto mes, empieza el crecimiento progresivo del nuevo cabello. Al inicio es más fino, pero con el tiempo adquiere grosor y volumen. Finalmente, hacia los 12 meses se pueden apreciar los resultados definitivos, con un aspecto más uniforme y natural.
Los especialistas recalcan que cada paciente es distinto, y por ello los cuidados deben adaptarse de forma individual. El seguimiento médico y la constancia son determinantes para alcanzar el éxito del procedimiento.
