Ciudad del Vaticano – El funeral del papa Francisco, programado para el próximo 26 de abril, se realizará bajo un procedimiento simplificado, conforme a las reformas litúrgicas que el propio pontífice introdujo en 2024, con el objetivo de reducir la pomposidad tradicional y destacar el sentido espiritual del acto.
La Santa Sede informó que la ceremonia comenzará a las 10:00 de la mañana con la celebración de la Santa Misa Exequial en el atrio de la Basílica de San Pedro, donde se espera la asistencia de miles de fieles y delegaciones de todo el mundo.
En contraste con rituales anteriores, Francisco dispuso que no se utilicen las tradicionales tres urnas superpuestas (ciprés, plomo y roble), ni el catafalco, símbolo del poder papal.
En su lugar, el cuerpo del pontífice reposará en una sencilla urna de madera con una caja interna de zinc, reflejando su voluntad de despedirse en un acto humilde y sin adornos.
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“El rito renovado destaca que las exequias del Romano Pontífice son las de un pastor y discípulo de Cristo, y no de un poderoso de este mundo”, explicó el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Diego Ravelli, al detallar los cambios en el protocolo fúnebre.
La ceremonia estará dividida en tres estaciones litúrgicas. La primera, correspondiente a la constatación de la muerte, se realizó en la capilla privada del Papa, en lugar de la antigua cámara fúnebre.
La segunda estación se desarrollará en la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo será expuesto directamente en la urna, sin el uso del tradicional alto cataletto.
La Misa Exequial será presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, y se espera una multitud de más de 200,000 personas, incluyendo cardenales, patriarcas, obispos, presbíteros y miles de ciudadanos romanos que acuden a rendir su último homenaje a Francisco.
