La presidenta de la República, Xiomara Castro, acudió este domingo a emitir su voto en el municipio de Catacamas, Olancho, marcando un nuevo hito en la jornada electoral que define el rumbo de Honduras.
Castro llegó acompañada del expresidente Manuel Zelaya Rosales, su esposo, y de su nieto, tal como ha sido su costumbre en citas electorales anteriores.
Al depositar su papeleta, la mandataria enfatizó que este día representa una “fiesta cívica” para la democracia hondureña y subrayó la importancia de la participación masiva de la ciudadanía. “Es un momento crucial en la democracia de nuestro país”, señaló.
Además, Castro hizo un llamado a que el proceso se desarrolle de forma pacífica, ordenada y con responsabilidad. Instó a los votantes a acudir a las urnas, reafirmando su confianza en el sistema electoral y en la transparencia que, según ella, caracteriza esta jornada.
Su presencia atrajo la mirada de simpatizantes, medios de comunicación y ciudadanos en general, quienes aprovecharon la ocasión para expresar su compromiso con el sufragio. Algunas personas aprovecharon para saludarla, tomarse fotos y manifestar su apoyo al proceso.
Este acto también recobra relevancia en un contexto de alta expectativa electoral, en el que el país decide no sólo al próximo presidente, sino también a diputados, alcaldes, regidores y representantes al Parlamento Centroamericano.
La participación de la presidenta envía una señal clara: que, incluso en su rol institucional, valora el ejercicio democrático y quiere respaldar el derecho al voto como un mecanismo de cambio y participación ciudadana. Más allá de liderazgos partidarios, su gesto apunta a preservar la legitimidad del proceso.
Mientras las urnas siguen abiertas y los votantes acuden en masa, la imagen de Xiomara Castro depositando su sufragio en Catacamas se convierte en un símbolo de compromiso con la democracia en este día decisivo para Honduras.
