
Washington, D.C. A menos de siete meses de asumir por segunda vez la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha ejecutado una serie de decisiones que marcan un giro drástico en la política exterior del país.
En nombre del lema “America First”, su gobierno ha anunciado la salida de organismos clave, ha suspendido ayuda internacional y ha cuestionado el rol de instituciones multilaterales.
Horas después de su investidura el 20 de enero de 2025, Trump firmó órdenes ejecutivas para retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los compromisos asumidos con la OCDE sobre la implementación de un impuesto mínimo global para grandes corporaciones.
Poco después, el 4 de febrero, el mandatario ordenó la salida del país del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, acusándolo de mantener una postura “sistemáticamente antiisraelí”.
Ese mismo día, la Casa Blanca suspendió toda financiación a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), calificándola de “antisemita”, acusación que el organismo rechazó categóricamente.
Las decisiones de la administración Trump no se han limitado al plano diplomático. El 26 de junio, el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., anunció la suspensión del financiamiento a la alianza de vacunación Gavi, alegando que la entidad había perdido la confianza del público “al ignorar la ciencia”.
Uno de los golpes más significativos fue anunciado el 2 de julio, cuando el secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó el cierre de USAID, la histórica agencia de cooperación fundada en 1961.
Según Rubio, la agencia “no ha cumplido sus objetivos” desde la Guerra Fría y ha servido para sostener ONG que, afirmó, “viven a costa del contribuyente estadounidense”.
Con este cierre, se paralizan programas humanitarios en más de 120 países, incluidos proyectos de salud, educación y control de epidemias.
Estas decisiones se consolidan en el presupuesto federal 2026, donde se propone cortar la contribución estadounidense a organismos como la ONU, la UNESCO y la OMS.
Aunque no ha habido una salida formal de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Trump ha insistido en que sus normas “perjudican” a la economía estadounidense, y ha mantenido amenazas de retirarse, en paralelo con una política comercial basada en aranceles y presión bilateral.
La postura de Trump ha generado preocupación global. Analistas advierten que el retiro progresivo de Estados Unidos de la escena multilateral podría debilitar la respuesta global a crisis como el cambio climático, los conflictos armados y las pandemias.