
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este lunes el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el territorio nacional como respuesta a lo que calificó de amenazas “extravagantes, estrambóticas y estrafalarias” por parte de Estados Unidos. Según Maduro, estas fuerzas civiles armadas estarán “preparadas, activadas y armadas” bajo un “plan especial” para garantizar la seguridad y soberanía del país.
La medida llega en un contexto de elevada tensión, después de que EE. UU. duplicara a $50 millones la recompensa por información que conduzca a la captura del líder venezolano, mientras envía destructores de la Armada estadounidenses al Caribe como parte de una operación antinarcóticos.
Maduro presentó este despliegue como una reafirmación de “la paz de la patria” y un símbolo de resistencia frente a la presión internacional. Durante el anuncio, también instó a organizar milicias campesinas y obreras en fábricas y zonas rurales, defendiendo que “fusiles y misiles” deben servir para proteger la soberanía nacional.
Este significativo incremento en la activación de milicias es interpretado por analistas como parte del fortalecimiento del control interno por parte del régimen, mientras que críticos lo ven como una señal de militarización ante la creciente presión externa.