
Comayagüela, Honduras — La Policía Nacional ejecutó este martes una orden de desalojo contra los miembros de la iglesia Aposento Alto, situada en la colonia El Pedregal de Comayagüela, en el marco de una disputa legal y emocional que enfrenta a dos facciones de la misma congregación religiosa.
El conflicto, que lleva años en desarrollo, se agravó tras el fallecimiento del pastor fundador en 2021.
Disputa tras la muerte del pastor Luis Cálix
La controversia tiene su origen en la muerte del pastor Luis Alberto Cálix, líder espiritual de la comunidad, cuyo deceso en 2021 provocó una ruptura interna.
Desde entonces, el templo es objeto de reclamo por parte de la organización Asambleas de Dios, con quienes algunos feligreses afirman tener profundas diferencias históricas.
El operativo de desalojo generó escenas de fuerte carga emocional, con feligreses que se resistían a abandonar el recinto religioso. “Nos están dejando sin un lugar donde congregarnos, especialmente a cientos de niños que aquí encuentran consuelo y guía espiritual”, expresó entre lágrimas una de las fieles presentes durante el operativo.

Feligreses defienden legado construido por la comunidad
Los miembros de Aposento Alto que se oponen al desalojo argumentan que el templo fue construido durante más de cuatro décadas gracias al esfuerzo y contribuciones económicas de la comunidad. Actividades de venta, rifas y donaciones fueron clave para edificar el inmueble, según sus testimonios.
“Los de Asambleas de Dios nunca movieron un dedo por esta iglesia”, declaró uno de los feligreses, visiblemente afectado por la medida. Además, señalaron que el procedimiento ejecutado por las autoridades no respetó el debido proceso legal y aseguraron que continuarán luchando por el templo hasta agotar todas las instancias judiciales.
Asambleas de Dios asegura tener respaldo legal
Por su parte, representantes de la organización religiosa Asambleas de Dios sostienen que poseen las escrituras legales del inmueble y que su derecho a la administración del templo ya fue avalado por los tribunales competentes.
“El control de esta propiedad nos corresponde legalmente, y así lo hemos demostrado ante la justicia”, declararon voceros de la organización, quienes insistieron en que el proceso de desalojo se llevó a cabo conforme a la ley.
Llamados al diálogo en medio de la tensión
A pesar de los momentos de tensión, que incluyeron enfrentamientos verbales y empujones, algunos líderes religiosos han propuesto como salida pacífica al conflicto la realización de una votación entre los miembros de la congregación, para determinar democráticamente quién debe administrar el templo.