
Ciudad del Vaticano – En su primer discurso ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el papa León XIV instó este viernes 16 de mayo a los gobiernos del mundo a proteger la dignidad de los migrantes y trabajar por sociedades más justas, armoniosas y pacíficas.
«La dignidad del migrante es siempre la misma, la de una criatura querida y amada por Dios», afirmó el pontífice estadounidense ante representantes de los 184 países con los que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas.
El papa denunció que el mundo atraviesa un “cambio de época” marcado por desequilibrios e injusticias que provocan condiciones laborales indignas y sociedades cada vez más fragmentadas.
Un llamado a la acción política
León XIV pidió a quienes tienen responsabilidades de gobierno que inviertan en la familia, basada en la unión entre hombre y mujer, y en contextos donde se proteja la dignidad humana, en especial de los más vulnerables.
«Nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes», recalcó.
El papa también compartió su experiencia personal como descendiente de inmigrantes y migrante él mismo: «Cada uno de nosotros, en el curso de la vida, se puede encontrar sano o enfermo, ocupado o desocupado, en su patria o en tierra extranjera. Su dignidad, sin embargo, es siempre la misma».
Diplomacia multilateral y paz global
Durante su intervención, León XIV pidió dar un nuevo impulso a la diplomacia multilateral, resaltando el papel de las instituciones internacionales como instrumentos para resolver conflictos en el mundo.
El pontífice concluyó con un mensaje de esperanza: «Es un tiempo de conversión y renovación, para dejar atrás las contiendas y construir, trabajando juntos, un mundo en el que cada uno pueda realizar su humanidad en la verdad, la justicia y la paz».