Tegucigalpa, Honduras – La comunidad garífuna se congregó este sábado en la Basílica Menor para rendir tributo a la Patrona de Honduras con una celebración llena de fe, cultura y tradición.
Decenas de afrohondureños llegaron desde distintos puntos del país, portando tambores, danzas, cantos y ofrendas típicas como pan de coco y casabe, para honrar a la Virgen con una eucaristía especial al estilo de su comunidad.
Una celebración llena de fervor y cultura
“Cada año nos preparamos con amor y devoción para esta festividad. Desde Tegucigalpa y la costa norte venimos con todo nuestro compromiso y veneración hacia la Virgen de Suyapa”, expresó una de las asistentes.
Durante la jornada, los fieles destacaron que su participación en la novena es una oportunidad para agradecer, presentar promesas y reafirmar su identidad cultural a través de la música y la danza tradicional.
Los asistentes, provenientes de comunidades como La Ceiba, Trujillo, Santa Fe y Sambo Creek, realizaron largos viajes en autobús para estar presentes en esta muestra de fe y unidad.
Preparativos para la gran alborada
El homenaje garífuna es una de las actividades previas a la tradicional alborada del 2 de febrero, en la que artistas nacionales y fieles de todo el país se reunirán en la Basílica Menor para conmemorar un año más de la devoción a la Virgen de Suyapa.
Esta advocación mariana tiene una historia de 278 años, desde que la diminuta imagen de Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa fue hallada en febrero por el joven labrador Alejandro Colindres y un niño llamado Jorge Martínez, quienes regresaban a la aldea tras una jornada en la cosecha de maíz.
A lo largo de los siglos, la devoción a la Virgen de Suyapa se ha convertido en una de las expresiones de fe más profundas en Honduras, atrayendo cada año a miles de peregrinos que buscan en ella consuelo, protección y bendiciones.